En los últimos años ha habido un creciente interés por llevar una alimentación sana y equilibrada y, por lo tanto, nuestra forma de cocinar. Cada vez le damos más importancia a las comidas preparadas en casa con ingredientes frescos y cocinados con poca grasa.
Aunque también es cierto que compaginar el trabajo fuera de casa con la cocina no resulta demasiado sencillo. Por suerte existen pequeños electrodomésticos que nos permiten conseguir llevar una alimentación sana sin necesidad de pasar horas interminables en la cocina. Uno de estos pequeños electrodomésticos son las ollas de cocción lenta, también conocidas como slow cookers o Crock-Pots. A continuación te contaré todo lo que tienes que saber sobre estas ollas, sus ventajas y desventajas y todo lo que pueden hacer por ti en la cocina.
¿Qué encontrarás en esta guía?
¿Qué es una olla de cocción lenta y cómo funciona?
Una olla de cocción lenta es una olla que se conecta en la red eléctrica y cocina los alimentos durante un largo periodo de tiempo a una temperatura constante. Esto te permite elaborar recetas que requieran de una cocción prolongada y, muchas veces, a baja temperatura. Al cocinar a fuego lento, se consigue que los ingredientes queden más tiernos y jugosos.
Aunque el funcionamiento de una olla de cocción lenta es muy sencillo, para entenderlas mejor, primero te hablaré de los distintos elementos que la componen. Veamos cuales son:
Carcasa externa: es el componente que genera el calor a través de las resistencias que se encuentran en su interior.
- Olla o cazuela extraíble: es la olla que se mete en la carcasa externa. En ella se colocan los alimentos que se van a cocinar. Encontrarás ollas de cerámica o metal. Algunos modelos te permiten incluso usar esta olla como olla tradicional por lo que podrás hacer elaboraciones previas como sofreír o sellar ingredientes como la carne. Incluso podrás meterla en el horno y llevarla a la mesa para servir la comida.
- Tapa: en la mayoría de modelos, la tapa suele ser transparente para poder controlar a simple vista y sin necesidad de abrir la olla, como se encuentra tu receta.
- Panel de control: el panel de control de la olla se suele encontrar en la parte delantera de la carcasa externa. Con este panel podrás ajustar la temperatura y el tiempo de cocción. También hay modelos que traen la opción de programar la olla para que se enciendan y apaguen a una hora determinada. Otros modelos también incluyen la función de mantener caliente.
Ahora que ya has visto las distintas partes de una olla, te explicaré como funcionan. Primero solo tendrás que colocar todos los ingredientes que necesites en el interior de la olla y después ponerla en marcha seleccionando el tiempo y la temperatura de cocción. Así de fácil.
Algunas recetas necesitan una elaboración previa de ciertos alimentos. Para ello tendrás que hacer este paso en una sartén a parte o, si tu olla es apta para placas de inducción, vitrocerámicas o fogones podrás hacerlo en la misma olla sin tener que ensuciar otros cacharros.
Al final, lo que vas a conseguir es que tus platos se cocinen a fuego lento, conservando todos los nutrientes y quedando tiernos y jugosos. Obtendrás recetas como las que preparaban nuestras abuelas pero sin necesidad de estar continuamente pendiente de la cazuela.
Ollas de cocción lenta: ventajas y desventajas
Como ocurre con todo, las ollas de cocción lenta tienen ventajas y desventajas, las cuales son:
- Potencian el sabor de tus platos.
Las ollas de cocción lenta cocinan a una temperatura de entre 80 y 100 ºC. Gracias a este tipo de cocción a fuego lento, los alimentos van reduciendo el agua y la grasa que contienen de forma lenta y concentrada, ablandando sus fibras y potenciando el sabor del guiso. - Conserva mejor los nutrientes.
Este tipo de cocción hace que los nutrientes y las vitaminas de los alimentos se conserven mejor por lo que tus platos serán mucho más saludables. - Fáciles de mantener y limpiar.
Las ollas de cocción lenta son fáciles de limpiar y ensucian poco ya que generan menos vapores, grasa y olores que las ollas tradicionales. - Aportan mayor comodidad a la hora de cocinar.
Podrás ganar tiempo para hacer otras cosas ya que solo tendrás que meter los ingredientes y te podrás olvidar hasta que se acabe el proceso de cocinado. No tendrás que estar pendiente ni removiendo constantemente. - Algunos modelos son programables.
Encontrarás ollas de cocción lenta programables por lo que podrás ajustarla para que se ponga en marcha a una hora determinada. Gracias a esta característica podrás tener la comida lista a la hora que más te convenga. - Función mantener caliente.
La gran mayoría de los modelos incluyen la función de mantener caliente, por lo que si se te va la hora siempre tendrás la comida en su punto cuando te sientas a la mesa a comer. - Buena eficiencia energética.
Aunque pueda parecer lo contrario ya que están cocinando durante mucho tiempo, las ollas de cocción lenta consumen entre 15 a 20 veces menos que cuando se cocina en una vitrocerámica.
- Hay que tener cuidado con algunos alimentos.
Algunos alimentos como las alubias rojas contienen fitohemaglutinina, una toxina que solo puede eliminarse a temperaturas altas. Tendrás que cocerlas previamente durante 15 minutos a altas temperaturas en una olla convencional para poder eliminar esta toxina. Además, si se cocina a menos de 60 ºC algunas bacterias pueden proliferar. - No debes pasarte con algunas especies.
Especies fuertes como la canela y el tomillo pueden dominar otros sabores. Esto se debe a que se han estado cocinando a fuego lento durante horas. Es aconsejable usar menos cantidad de la indicada o añadirlas hacia el final del tiempo de cocción. - No elaboran la comida en poco tiempo.
Se llaman ollas de cocción lenta ya que están diseñadas para cocinar a fuego lento. Si tienes prisa y necesitas que la comida esté lista en poco tiempo, no es el electrodoméstico ideal para ti. - Se elaboran sobre todo platos de invierno o cuchara.
Al estar la tapa cerrada, atrapa el vapor y se condensa el agua, diluyendo así los sabores y las especies. Tienes que estar preparado para consumir alimentos empapados en algo de agua. En caso de querer contrarrestar esto, tendrás que añadir menos líquido de lo que indica la receta.
¿Qué recetas puedo preparar con una olla de cocción lenta?
La mayoría de guisos que puedes hacer en una olla convencional a fuego lento los puedes preparar en una olla de cocción lenta. Aún así, algunas recetas quedan mucho mejor en este tipo de ollas ya que tienen un sabor más intenso y concentrado. Ejemplos son los guisos de carne, caldos de todo tipo y los cocidos. Lo mismo ocurre con las legumbres, las cuales quedan más tiernas y con más sabor. También puedes preparar asados. El único inconveniente es que si quieres un acabado dorado tendrás que meterlo en el horno unos minutos.
¿Cuánto consume una olla de cocción lenta?
Una de las ventajas que tienen las ollas de cocción lenta es que consumen muy poca electricidad. Al cocinar a bajas temperaturas usan poca potencia y, a pesar de estar muchas horas enchufadas a la corriente eléctrica, son uno de los electrodomésticos que menos energía consume.
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